martes, 30 de agosto de 2016

El Corazón de Jesús

El Sagrado Corazón de Jesús cumplió en enero 60 años, y aunque parece que siempre estuvo ahí, no fue así y su colocación posee una historia propia, hoy prácticamente olvidada por la mayoría de los luceneros.

El Corazón de Jesús en la Plaza según el plano de 1946
Finalizada la Guerra Civil, entre 1940 y 1948 se suceden en Lucena tres alcaldías nombradas por el Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento que se enfrentan, además de a la dura posguerra, a un Ayuntamiento arruinado y carente de la más mínima eficacia administrativa. Pese a ello, en 1946 se pavimentó la Plaza de la Iglesia y sus alrededores,  ahora denominada de José Antonio, como antes lo fue de la Libertad o de Isabel II.
En 1948, un nuevo Alcalde “electo”, don Diego García Gómez, esboza el nuevo programa falangista para la localidad según la documentación municipal, al que un año después  el diario Odiel dedica una página completa bajo el título “Lucena del Puerto marcha hacia su urbanización”, a saber: construcción del cementerio municipal, pavimentación y urbanización de todas las calles de la localidad, construcción de la casa cuartel de la Guardia Civil y conseguir el teléfono.
El caos administrativo y los problemas económicos bajo la dirección del enérgico García Gómez se tornan en pocos años en eficacia y superávits presupuestarios que permiten, en varias anualidades, la urbanización y alcantarillado de las calles Calvo Sotelo (Arriba), Antonio Carmona (Virgen del Rocío), General Sanjurjo (Castillo) y General Franco (Abajo), resueltas con buen adoquinado, que aún se conserva parcialmente el algunas de ellas, amén de otras obras menores.
No parece mucho, pero hemos de tener en cuenta que la situación descrita en estos años es dramática. Tanto que no se llega a cubrir ni las  nóminas municipales, ni los suministros,  por los embargos de las administraciones. También hay que tener en cuenta  que la ausencia de pavimento anterior de las calles, de albero o empedrado, y sin aceras, el coste del granito y el nuevo saneamiento suponen una fortísima inversión y requerían una gran disposición de fondos. Y tanto es así, que habrá que esperar unos años para el cierre y conexión completa del circuito de aguas fecales.
Esta primera etapa del gobierno de García Gómez se prologa hasta aproximadamente 1955, fecha en que parece agotarse el programa inicial falangista, y se produce el hecho singular que da lugar a esta entrada. La sesión de Pleno de 31 de agosto de 1954 informa de lo siguiente en el apartado de otros asuntos:

“En este estado y terminado el orden del día se ausentó del salón de sesiones el Sr. Alcalde d. Diego García Gómez, pasando a ocupar la presidencia el Sr. Teniente Alcalde, D. José María Gómez Cruz, quién manifestó que habiendo sido concedida por el gobierno al Sr. García Gómez la medalla de oro de la Orden de Cisneros al mérito político, procedía constar en acta la satisfacción de esta corporación por la distinción con que ha sido horrado, en mérito a su gran labor municipal y política, efectuada durante los once años que lleva al frente de este Ayuntamiento. Y que recogiendo el sentir de la población sumarse al homenaje que se proyecta efectuar por un grupo de sus amigos el costear por suscripción popular el valor de dicha medalla e imponerla en un sencillo pero emotivo acto público.
El Ayuntamiento, por la más completa unanimidad, acordó constar en acta la satisfacción de esta corporación por tan merecida distinción hecha en la persona del señor Alcalde Presidente, y que por el Señor Teniente Alcalde, Sr. Gómez Cruz, asistido del Sr. Secretario, se encauce el deseo de este vecindario de adquirir por suscripción popular la medalla de referencia, presidiendo la comisión que se forme al efecto y que este ayuntamiento contribuya con un donativo de 300 pesetas para encabezar la misma, que se hará con cargo al capítulo imprevistos del presupuesto siguiente”

Reincorporado a la sesión, el señor Alcalde agradece las palabras de los concejales y les hace coparticipes de la distinción, dejando ya constancia que “era su propósito destinar el importe de la suscripción para el acto benéfico social que determinará”.
Tampoco descubrirá el propósito en la visita que el Gobernador Civil y Jefe  del Movimiento giró a las nuevas instalaciones del teléfono y las obras de la calle Calvo Sotelo el 28 de febrero de 1955. En el discurso, celebrado en la casa Consistorial ante el numeroso público y las autoridades provinciales impuso al Alcalde las insignias, haciendo constar la merecida distinción y el carácter de recompensa “a los servicios prestados y por su sacrificio al frente de los intereses municipales durante once largos años”, exhortándole a continuar la labor. El acto finalizó con el himno de Falange y vivas a España y el Caudillo.
Finalmente, la inauguración del monumento, situado en el centro de la plaza, tuvo lugar, como no, el 22 de enero de 1956, festividad de San Vicente Mártir, por el obispo de la nueva Diócesis de Huelva, don Pedro Cantero Cuadrado. Curiosamente no tenemos constancia de la existencia de fotografías del acto, a pesar de lo avanzado de las fechas, quedando reflejado  en las actas de Pleno a posteriori, de la siguiente manera:

“…. presidirá desde su alto pedestal todas las actividades de este vecindario, haciendo constar el agradecimiento de esta corporación en nombre de estos vecinos a dicho donante y ordenando al propio tiempo, por unanimidad, satisfacer los demás gastos que han sido necesarios efectuar por su colocación.”

Ubicación actual del Sagrado corazón de Jesús
A principios de la década de los noventa, el Sagrado Corazón de Jesús fue trasladado al lugar que ocupaba la Cruz de los Caídos en la penúltima remodelación de la plaza, a la derecha de la puerta de la Iglesia. En 2007, en una nueva remodelación, fue colocado en su emplazamiento actual, en la cabecera de la misma, añadiéndose el azulejo sevillano de su pedestal, donado por don Francisco García Borrero. La imagen de molde de cemento y engarzada en una viga de hierro que la soporta, solo posee valor sentimental y testimonial.

Tras la condecoración, Diego García fue premiado con la ocupación de una de las plazas de vocal del Consejo Provincial del Movimiento. A partir de esta fecha, inició una segunda etapa de gobierno que se prolongó hasta 1964, caracterizada por una fiebre inversora y constructora que nos ha legado muchos de los solares e infraestructuras que el municipio posee actualmente. Muchos de ellos, como el Corazón de Jesús, continúan en uso.

jueves, 25 de agosto de 2016

El privilegio de Alfonso XI en un bonito documento de 1750


El 17 de octubre de 1750, Sebastián García Domínguez, Alcalde Ordinario de la villa de Niebla, daba traslado al Cabildo  de Lucena de una licencia para los vecinos Sebastián Carrasco, Vicente Ruiz y Joseph Toscano para que,


“....puedan plantar y planten de viña y arboleda la cañada de los Espartillos, que es en el campo y termino de esta villa, limitazión de dicho lugar, desde el llano del Palmarejo asta el remate de Arriba (sic), que linda con la deesa boial de dicho lugar, y travesía a la Cañada del Palmarejo con tal que, primero y ante todas cosas, presenten esta licenzia ante el Cabildo del expresado lugar para que este dipute una persona que amojone dicha tierra por donde an de levantar los ballados, y lo ponga por dilixensia para que no se esedan en dicha porsión de tierra, la que siempre que deje de ser viña o arboleda a de quedar de común aprovechamiento, como oi lo está.”

No es una parcela de roza. La viña y la arboleda son cultivos estables y la licencia es clara y tajante, mientras perdure el cultivo o en su defecto, vuelva a ser campo común. Otras condiciones irrenunciables son en vista del informe del cabildo “no ser la expresada cañada lecho ni abrebadero de ganados, ni seguirse perjuisio a ningún comunero, ante(s) sí, ser de mucha utilida al pueblo haser dicho plantío de viña y arboleda, así está determinado. Y efectivamente, así estaba determinado en las ordenanzas de 1504 para el Condado (capítulo 199) y así aparece recogido en otras peticiones de vecinos que expresamente recogen las  “facultades con que se halla esta villa para conceder en toda su tierra y término tierras para plantíos y construcciones de casas, molinos y quantos artefactos a ymbentado la industria humana por el privilegio rodado del S. Don Alfonso Onze, de feliz memoria”.
En efecto, el privilegio rodado de Alfonso XI, de 1338, amén de establecer los Propios del Consejo de Niebla, hace merced a sus vecinos y moradores de todas las tierras y montes partidos con la ciudad de Sevilla para hacer los aprovechamientos que fueren necesarios “sin les llevar derrama”, es decir, sin coste. Poco importa, como sostienen Anasagasti Valderrama y Rodríguez Liáñez (2006), que se trate de una concesión falsa, toma cuerpo en las ordenanzas y se reitera en diversas peticiones y demandas que presentan los vecinos de Lucena, Bonares y Rociana a lo largo del siglo XVIII como moradores de la villa de Niebla. El privilegio, es pues, como hemos sostenido en numerosas ocasiones la base del colonato en los baldíos y el instrumento de difusión de la viña en la comarca.
La petición fue obviamente atendida “incontinenti” (al instante) el 20 de octubre por el Alcalde Alonso Barba. La presencia del escribano público, en funciones de notario, en la mojonera, nos ha legado un documento bello y singular, que aunque repetido posteriormente, y probablemente habitual en la época, es el primero de estas características que nos llega por la pérdida de las actas capitulares anteriores a este periodo. Su transcripción es la siguiente:

“1er. Mojón = estando en una cumbre enfrente de un alcornoquillo, mirando asia donde sale el sol, se puso este mojón en una palma, llamado San Vicente.
2º. Siguiendo dicha cumbre asia donde se pone el sol, en una lantisca como un tiro de vala del antesedente, se puso este mojón, llamado San Miguel.
3º. Siguiendo la derechera, mirando asia la izquierda, como otro tiro de vala se levantó este mojón en una lantisca, llamado Nuestra Señora del Rosario.
4º. Siguiendo la derechera, como otro tiro de vala, se puso este mojón en dicha lantisca, llamado San Joseph.
5º. Siguiendo asia donde se pone el sol, como otro tiro de vala largo, se puso este mojón, llamado San Maurisio.
6º. Siguiendo la derechera, mirando al norte, se puso este mojón en un mojerisal, llamado San Ignasio.
7º. Siguiendo la derechera, como un tiro de bala del antesedente, se puso este mojón en un alto de un jaral, llamado San Francisco.
8º. Siguiendo la derecha, asia el norte, como otro tiro de vala, a veras de unas trochas que van a la dehesa de dicho lugar, se levantó este mojón, llamado San Sabastián.
9º. Siguiendo la derechera, asia levante, como otro tiro de vala, se puso este mojón enfrente de una lentisca y dos palmas, llamado San Fernando.
10º. Siguiendo la derechera, junto una lantisca y como otro tiro de vala del antesedente, se puso este mojón, llamado San Gregorio.
11º. Siguiendo la derechera, se hiso otro mojón con tierra, como otro tiro de vala, llamado San Xinés.
12º. Siguiendo la derechera, como otro tiro, se hiso otro mojón, llamado San Antonio.
13º. Siguiendo la derechera, como otro tiro, en unas palmas, se puso este mojón, llamada San Juan.
14. Siguiendo la derechera, entre unas palmas y unas lantiscas, como otro tiro del antesedente se puso este mojón, llamado San Andrés.
15. Siguiendo la derechera, asia donde sale el sol, como un tiro de vala, en medio del majal del Palmarejo, mirando a el Avispero, se hiso este mojón llamado San Pedro.
En cuyo estado quedó conclusa esta mojonera......”

Esta forma de denominar los mojones es, además, singular y única, puesto que no hemos encontrado hasta la fecha nada que se le parezca en ninguno de los Archivos Municipales que contienen rozas o se benefician del privilegio que conocemos, y son unos cuantos. El uso del santoral, comenzando por San Vicente, como era tradición, es posible que tuviese la doble función de invocación protectora y clavero de las lindes para evitar el agrandamiento de las parcelas, dado que las referencias físicas eran endebles y no parece que limitasen otros vecinos. En cualquier caso, por lo que conocemos de este periodo, la enorme extensión de baldíos y propios en la zona hacían difícilmente controlables estos repartos. Tampoco era necesario, puesto que no generaban propiedad, al menos en sus orígenes, quedando el Consejo desembarazado y libre para otorgarlo a cualquier vecino que lo solicitase en caso de abandono de la parcela.

Este privilegio era extensivo no sólo a la tierra, también casas, molinos y “artefactos”, con las mismas características, y singularmente, a los pozos y abrevaderos, cuyos dueños podían gozar en vida con cierto carácter de exclusividad los tales, y tras ellos, podían ser usados por cualquier vecino sin exigir posesión o titularidad. 

martes, 23 de agosto de 2016

Las estadísticas del blog de Lucio.

Hace seis meses que comenzamos a publicar este blog retomando los viejos papeles que habían quedado en el tintero de otros trabajos. Cariñosamente, entre amigos, yo las llamo el “destrio” documental, pequeñas historias que carecían de entidad propia para una publicación y que, sin embargo, explican, aclaran y complementan muchas cuestiones que interesan a la Historia, ahora sí con mayúsculas, y a los luceneros de hoy. 
Las 31 entradas publicadas hasta la fecha tocan todas las parcelas de esta ciencia en un periodo de casi 600 años, desde la baja edad media hasta los años 80 del siglo pasado, aunque mi campo de estudio se ha centrado siempre entre los siglo XVI y XIX, y más específicamente en el periodo moderno. Me siento cómodo entre las cuestiones demográficas, económicas y sociales, especialmente en el siglo de la crisis por antonomasia, el XVII, lo que a tenor del contenido del blog no es ningún secreto, al igual que mi predilección por la geografía, facetas que he desarrollado en numerosos trabajos.
A la fecha en que escribo esta entrada el blog ha tenido 12.952 visitas, mostrando una gran regularidad; el primer día de publicación alcanza las 300 visitas, 80 o 90 el segundo, y el resto se espacia a lo largo de la semana siguiente. Estos datos indican que  los seguidores habituales son unas  450 personas casi fijas que acceden desde facebook a través de mí página personal y la veintena de amigos, también fijos, que comparten la entrada y a los que, desde aquí doy las gracias. Las entradas más visitadas las siguientes:

Entrada
Visitas
1555
922
851
787
784
706
556
521
504
502


Las entradas más comentadas coinciden en los primeros puestos, pero en la calle son muchos los que se han interesado por Pérez de Guzmán, la historia de Pedro Pinzón, el inventario del Zapatero y últimamente la historia del niño esclavo. Combinando ambas parece que lo que más interés despierta son las historias humanas, historias de vida que dirían otros, y el patrimonio local extensible a todas las facetas.
También es posible con la tecnología blogger averiguar el origen de las entradas, lógicamente mayoritariamente locales, pero también hay 148 desde Estados Unidos, 60 de Rumanía, 59 de Irlanda, 51 de Francia, 49 de Reino Unido, 37 de Alemania, 21 de Portugal y algunas sueltas de Polonia, Colombia, Argentina, Japón o Filipinas.

Un saludo.


lunes, 22 de agosto de 2016

Adquisición de la Virgen del Rosario

Dos nuevas dataciones documentales podemos hacer respecto a la imaginería y los retablos de la parroquia de San Vicente procedentes diversas fuentes recientemente investigadas, ambas relacionadas con el Altar y la Virgen del Rosario..
En efecto, ambas obras aparecen por primera vez en el Inventario Parroquial de 1730 de la siguiente manera:

Nuestra Señora del Rosario.
“Ytem una Ymaxen de Nuestra Señora del Rosario con un niño Dios en sus brazos. Cada uno con su corona de plata,  una joya  de plata sobredorada en el pecho de Nuestra Señora, dos zarzillos del mismo y un rozario de coyuelo engarsado en bastante plata con su cruz del mismo y dos pulseras de perlas, el uno de dozientas y setenta,  y el otro de dozientas y sesenta y zinco, y pesaron yncluso el hilo de seda en que están ensartadas y unos pedazos de  lutonsillo negro con que se amarran una  onza y media quartilla, y ambos pulseros los tiene la virgen en la mano derecha por no poderse vestir la yzquierda.
(Nota posterior) Las coronitas las cambiaron los cofrades y hermanos mayor del Rosario con intervención del cura por estar sumamente deterioradas e indecentes y por ellas dieron cien reales y se compró una corona para la Sra. y tres pontencias para el niño, todo de plata labrada y costó todo setecientos reales que suplieron los devotos y el  dicho hermano  mayor y se estrenó en su fiesta de este año de 1816, siendo cura Miguel Pacheco.

No se especifica en el inventario el lugar que ocupaba el altar aunque debemos deducir que se encontraba próximo al ábside principal. Tras la colocación en 1782 del nuevo altar mayor, el retablo viejo “se puso en el altar de Nuestra Señora del Rosario”, deduciéndose, por consiguiente, que ocupaba el lado del Evangelio. De esta manera y en este lugar aparece reflejado en el inventario de 1866, nombrado ya como altar del Rosario:

“Un retablo dorado con varias pinturas de Santos y la Resurección del Señor.
Una imagen de Nuestra Señora con niño Jesús en sus brazos, con su corona de plata y el niño tres potencias, un rosario de plata.
Un rosario de plata sobredorado para vestir de gala la imagen."

El traslado al emplazamiento actual, en el lado contrario, denominado en la documentación sagrario bajo, se produce en la última restauración de la parroquia, hacia mediados de los setenta del siglo XX, pasando a ocupar el hasta entonces retablo de la Purísima Concepción. Este último, de hacia mediados siglo XVIII, fue modificado en 1775 por orden de D. Francisco Ruiz de Cabrera y Doña Antonia Carrasco y Ximénez, quienes manifestaron ante el escribano público de Lucena:

“Una imagen de la Purísima Concepción como de dos varas de alta, de la que tomó medida de su fondo, ancho y alto D. Joseph Gómez, tallista y vecino de la ciudad de Moguer, y en su virtud…… se obligó a agrandar el nicho del retablo de otra imagen pequeña del mismo misterio, para colocar la imagen grande, haciéndolo adornar, assí el nicho, como el retablo, con madera y talla, para mayor decencia, y asimismo a cuidar de los manteles y demás ornato de su altar…”.

Que se trata de este retablo lo prueba la descripción del inventario de 1866 que lo reseña como “un retablo pintado con dos efigies pequeñas a los lados colaterales con San Francisco y San Antonio de Padua”, es decir, el retablo actual con algunas modificaciones. En la base bajo el tabernáculo de la Virgen puede observarse el hueco de un sagrario antiguo. Por consiguiente, datamos la restauración del altar de la mano de José Gómez, vecino de Moguer, para la Purísima Concepción, y adelantamos la entrega de la imagen a 1775 y no en 1778, fecha de su registro en las cuentas de fábrica.
La imagen de Nuestra Señora del Rosario, datada estilísticamente a principios del siglo XVII, carecía de fecha y autoría, aunque las pequeñas mandas testamentarias que comenzaron a aparecer a en el primer cuarto del siglo nos hicieron sospechar de una cercana realización como de hecho se confirmó. El dos de febrero de 1609, fiesta de la candelaria, Gonzalo Hernández, Hermano Mayor de la cofradía del Rosario encarga a Alonso Bejarano, dorador, vecino de Huelva:

“.... hazer una imagen de Nuestra Señora del Rosario de altura de seis quartas con la peana... con su niño en brazos y con su corona la dicha imagen de Nuestra señora, la qual dicha imagen de Nuestra Señora y niño, e de dar, y echa bien, acabada y benefiçiada, y dorada y del todo acabada, y a contento del dicho Gonzalo Hernández, su hermano mayor, e sin visio de oficio dél, ny de la dicha imagen de Nuestra señora y niño.....”

La fecha de entrega establece el contrato será el día de Pascua de Resurrección de ese mismo año y el precio 30 ducados, 330 reales de vellón, 150 de ellos por adelantado y el resto a la entrega. Bejarano es ya conocido nuestro, fue el autor de San Sebastián, realizado en 1601, y hoy desaparecido, y el dorador del retablo de las Angustias de la Iglesia de San Pedro de Huelva en 1610. También sabemos que actuó como contratista de arte al menos en algún periodo de su vida, por lo que es posible que sólo  recibiera el encargo y lo trasladara posteriormente a otro u otros, o algún taller.
De la cofradía del Rosario y sus vicisitudes sabemos poco. La primera mención se encentra en un acta de nombramiento de Hermano Mayor  del Archivo Municipal de 1638, que lleva inserta,  su vez un reconocimiento de deuda de éste de 1637. Por su parte, el Archivo Parroquial nos informa a su vez de las obligaciones de culto de la Hermandad a fines del siglo XVII: misa Cantada el día de Nuestra Señora del Rosario, doce misas de obligación en el año, una por mes, misa en las nueve festividades de Nuestra Señora y misas en las tres Pascuas.
De la misma manera,  tenemos noticia de celebración del rosario que otorga nombre y finalidad a la cofradía a través del inventario parroquial:

"Ytem otro quadrito  de la Virgen del Rosario que está en el Pendón que sirbe para quando sale en el rosario. Se costeó otro pendón nuevo de tela celeste de plata con su lienzo  guarnecido y en él la imagen de Nuestra Señora y la de Santo Domingo. Sirve  para los días de fiesta, costeó la mayor parte de él Melchor Rexidor por promesa que hizo a la virgen del Rosario estando enfermo”.

La gran extensión de la práctica del Rosario en el reino de Sevilla arranca según algunos autores de la gran epidemia de peste de 1649, retomando tradiciones anteriores que se popularizan. El origen, que parece ser el de esta hermandad, suele asociarse a las tradiciones altomodernas de rezo del rosario en grupo ante una imagen, lo que se constata en la parroquia por la tempana presencia de la Virgen del Rosario. Posteriormente, estas reuniones concluyen en los rosarios públicos al menos una vez al mes y visita a los  altares de azulejos a modo de  vía crucis reunidos en torno al pendón. Eran habituales los sufragios por los hermanos difuntos, acudiendo la hermandad en pleno a la casa del finado, y aplicando durante nueve días las estaciones del rosario. De la misma manera, las nueve misas de la festividad de Nuestra Señora se refieren evidentemente a una novena.
Las pequeñas mandas testamentarias también nos ofrecen alguna información. En 1625 Catalina Ramírez otorga a la cofradía “unas artes para su altar”,  lo que convierte a esta cita en la primera mención del mismo. Como el resto de las imágenes, Nuestra Señora del Rosario se vestía de joyas y telas, recibiendo a lo largo de los años varias manos de corales y de María Domínguez Prieta “sien reales al hermano mayor de la cofradía de Nuestra señora del Rosario para ayuda comprar el manto de tela azul que a nuestra señora quieren comprar siertos devotos, y no se puedan convertir dichos sien reales en otro efecto sino fuere para comprar dicho manto, o puntas del, que así es mi voluntad dándolos el dicho hermano mayor a las personas que quisieren por ellos el comprar dicho manto”.
Las descendientes del Capitán Manuel de Cabrera serán grandes devotas de la cofradía. Doña Francisca de Cabrera (+1750) y su hija María Rosa de Cabrera (+1750) ordenan en sus testamentos ser enterradas en sendas sepulturas inmediatas al altar de la Virgen, consignando algunos bienes a la cofradía. La primera manda de legado “un relicario engarsado en plata de valida de quinze reales = dos joyas de plata sobredorada de valida, ambas, de treinta reales = y dos gargantillas de perlas blancas contrahechas para pulzeros a la Virgen, de valida de siete reales y medio de vellón. Declárolo porque se le den y pongan; y también suplico se asienten en los libros….”. La segunda “una campanillita de plata para que se ponga a sus andas y quiero que se le entregue y se asiente donde estobieren las demás mandas de la Virgen para que siempre conste….”. Y así se hicieron constar en los sucesivos inventarios parroquiales.




viernes, 19 de agosto de 2016

El léxico de la tierra.

Las palabras se crean y caen en desuso según las necesidades de la sociedad que las genera.  El léxico agrícola tradicional está compuestos por términos certeros y precisos cuyo significado, por el cambio operado en las labores agrícolas de nuestra localidad, prácticamente se ha perdido o se perdió en el Averno de los tiempos. Las palabras  que aquí recogemos proceden de la documentación local y no tienen por qué constituir localismos, sino más bien arcaísmos desconocidos a la mayoría de los luceneros que por edad o dedicación apenas se acercaron a las labores de la agricultura tradicional mediterránea. No ha sido fácil encontrar su significado histórico y mucho menos aplicar las posibles acepciones locales, que existen en algunos de ellos, según hemos podido deducir de los contextos. Muy pocos continúan usándose en la actualidad.
Dornajo pequeño

Aguapié: tipo de vino de baja calidad producto de la fermentación de la mezcla del orujo pisado con agua.

Albéitar: veterinario, persona que entiende de las enfermedades del ganado. Aparece como oficial o maestro albéitar.

Alverjones: siempre aparece en la documentación en plural y con b. Es un tipo de legumbre parecido a la lenteja que se utiliza sobre todo en la alimentación animal, aunque tiene usos en la alimentación humana. En la documentación local aparece asociado a los yeros por su uso y propiedades, y porque carecía de protección en las Ordenanzas señoriales y era regulado por el municipio.

Aperador: persona responsable de las faenas agrícolas y el ganado en ausencia del propietario.

Azumbre/s: El azumbre es una medida de capacidad de volumen para líquidos que variaba de una región a otra (aproximadamente 2,06 litros, 8 azumbres una arroba). En nuestra localidad se emplea para referirse a los impuestos de la sisa del aceite, vino y aguapié, renta de los azumbres.

Barcina: sacos de red donde se recogen las mieses para su transporte antes de la trilla. El barcinador es el peón que hace las barcinas.

Barda/bardal: cerca de ramas y espinos que rodeaba las parcelas de roza y los hatos de pastores.

Badigos: mareo y sensación de agobio y desesperación. La expresión es dar o sufrir badigos, como los que sufrió Lázaro Borrero, caballero cuantioso en el alarde de 1637 y por el que fue exento de servicio a cambio de poseer y mantener cuatro arcabuces los días de su vida.
Husillo

Cañamón/nes: semilla del cáñamo.

Cerrero (ganado): ganado no domado (de cerril). Se utiliza y aparece asociado a las vacas jóvenes que se separan de las vacas domadas y constituían una piara propia.

Chivetiles: pequeños chozos o chozajos de madera para guarecer el ganado. En el siglo XIX se utiliza para las construcciones de piedra o ladrillo destinadas a guarecer a los mesegueros y guardas de campo. Cuando es otro el tipo de ganado hemos documentado el término zahurda para los cerdos.

Dornajo: recipiente de madera o piedra para dar de comer o beber al ganado. En Lucena, además, se documenta un topónimo, el sitio del Dornajo, en la vega.

Estifa: término local, posiblemente derivado de algún tipo de planta que alude a la cobertura de una carga con ramas y vegetación. En la documentación municipal se utiliza para los barcos de carbón que se cubren de “escobones y estifa”, de donde deriva la estifa de la carga.

Ganado prieto: ganado de cerda.

Garabato/s: tablillas o palos de madera que suenan cuando los animales se mueven. En la documentación local aparece asociado a los perros que hacen daño en las viñas a cuyos dueños se ordena poner cencerros o garabatos.

Gelo: término absolutamente local que se refiere a la parcela sembrada de viñas como extensión del sitio del Gelo, uno de los pagos de viña de Lucena entre los siglos XVI y XVII. Aparece documentado en muchas dotes como posesión de “un gelo y arboleda” o un “pedazo de gelo”.

Gramador/res: jornalero responsable del gramado del cáñamo, consistente en separar la fibra textil de los tallos. En Lucena creemos que los gramadores realizaban todas las operaciones relacionadas con el cáñamo excepto el hilado.

Granjería: beneficio de un negocio. Localmente se aplica al comercio o a las personas que tienen “trato e granjería”, es decir, comerciantes.

Husillo y tablero: piezas del lagar. El husillo es el torno para exprimir la uva y el tablero es la pieza circular de madera que rodea el pie o queso sobre la que presiona la viga. Ambas piezas se realizaban en Lucena de madera de alcornoque, por lo que era necesaria la licencia del cabildo para su corta.
 
colmenas
Legua colmenera: distancia que han de respetar las colmenas respecto al pueblo o las viñas, en cuyo caso es la media legua colmenera.

Marcolar: podar las vides o los árboles. Todavía se sigue usando.

Rabadán/nía: pastor que gobierna los hatos de ganado de una cabaña. La rabadanía es el conjunto de los pastores de la localidad.

Panillas: la panilla es una medida de capacidad de aceite que es el equivalente al cuartillo. Las panillas (aparece siempre en plural) es la venta al por menor de aceite y el nombre de un impuesto, ya que este líquido como el resto de los azumbres estaba sujeto a gravamen por la hacienda real.

Pegujal/les: pequeña parcela de tierra arrendada por un pequeño propietario. En Lucena se utiliza también para referirse a la yunta o pareja de bueyes (pegujales) a los que  prohíben la separación en las dehesas para evitar que pasten.

Piojal: parcela más pequeña aún que el pegujal que otorgaban los ayuntamientos y los poderosos a cambio de su limpieza.

Portero: oficial municipal  encargado de encorralar los ganados en el corral del cabildo y tener las llaves del mismo.

Pósito: institución municipal destinada a prestar trigo a los labradores para la siembra y socorrer el hambre de los vecinos. El pósito cumplió una gran función social a lo largo de la historia y persistió en la localidad hasta la década de 1970 prestando aún pequeñas cantidades de dinero a los vecinos.

Propios: tierras o rentas propiedad del Consejo. No debemos confundir los propios con los comunales, los primeros producen rentas para el municipio y son de libre disposición, mientras los segundos son propiedad de los vecinos, administrados por el Ayuntamiento, y como tales, no deben pagar terrazgo.

Puercos muladariegos: bonita expresión que alude a los cerdos que vivían en la localidad de comer sobras en los muladares o basureros.

Talanquera: vallado o paramento de madera, arbustos y tierra destinado a evitar la erosión de arroyos, barrancos o caminos. El municipio anualmente ordenaba a los vecinos la reconstrucción de la talanquera del camino de los Hinojales. Continúa usándose actualmente.

Terrazgo: Pedazo de tierra para sembrar o renta que pagaba el rozador al cabildo en las tierras concejiles.

Tinahón/Tinajón: cuadra para bueyes. Un tinahón importante es el de la Luz, denominado así, el tinajón de los bueyes, pero se documentan varios en la localidad.

Yeros: planta leguminosa parecida a la algarroba, de cultivo anual, destinada a la alimentación del ganado rumiante. Los yeros se sembraban en los turnos de barbecho de las parcelas de cereal para aportar nitrógeno a la tierra.


Gañán: niño o adolescente encargado de la aguada y el ganado en las labores de siega. Los gañanes o zagales en Lucena solían tener entre 11 y 12 años y su salario corría por cuenta del propietario de las mieses.