domingo, 16 de septiembre de 2018

La cita de Lucena en el Cándido de Voltaire.


En el capítulo X de Cándido o el Optimismo del filósofo Voltaire su protagonista, Cunegonda y la vieja que les acompañaba después de haber sido robados en Badajoz, deciden vender los caballos y pasar a Cádiz donde se aprestaba una flota con tropas expedicionarias para castigar el levantamiento propiciado por los jesuitas en la colonia de Sacramento. Voltaire se refiere al camino de Extremadura que una vez concluido en los puertos desvía a los protagonistas hacia su destino haciéndolos pasar por Lucena, Chillas y Lebrija,  el itinerario natural para evitar la marisma que se le podía ocurrir a un absoluto desconocedor de la tierra. Voltaire debía tener un mapa de la zona, pero un mapa antiguo, puesto que la aldea de Chillas, muy cerca de Villamanrique, estaba ya despoblada en el siglo XIV y lo utilizó a su manera.

Un conocedor de la zona o un viajero que hubiese preguntado  sabría que las comunicaciones entre la ría del Tinto y Cádiz no sólo eran permanentes desde la edad media, sino esenciales puestos que el señorío más importante de la zona se desarrollaba a ambos lados del Guadalquivir entre ambas tierras. La ruta marítima mantenía un tráfico permanente de mercancías desde esta zona de río hasta Sanlúcar, el Puerto y Cádiz, los destinos más habituales, que intermediaban determinadas producciones además con la ciudad de Sevilla, La ruta terrestre más habitual era la denominada de las Playas de Almonte, Niebla-Sanlúcar, desde donde se enlazaba con barca con el resto de los destinos.
Voltaire no andaba, pues, muy descaminado.