jueves, 7 de diciembre de 2017

La Inmaculada Concepción de Lucena

La historia de la Inmaculada Concepción está ligada al patriarca San José, puesto que las dos imágenes fueron donadas por el Consejo de Castilla a la parroquia de Lucena procedentes del reparto de los bienes del antiguo Colegio de los Jesuitas de Trigueros en 1772 con otros enseres, como consta de inventario. Sin embargo, la entrega no tuvo lugar, según recogen los cuatro testimonios que tuvo que levantar el Escribano Público de Lucena en las cuentas de fábrica por “la turbulencia de las mujeres”, narrada más extensamente por Francisco Ramón Garrochena en 1785 para el cuestionario del geógrafo real Tomás López:


“….. fue el mayordomo de esta iglesia, que lo era Don Francisco Ruiz Tronchero, a traer dichas imágenes, acompañado de un notario, y además de gentes con carros y cajones para portearlas, y llegando a la iglesia donde estaban y queriéndolas entregar los cabildos eclesiástico y secular, como tenían mandado, se levantó un motín de casi todas las mujeres del pueblo contra la misma justicia, carreteros y carros, que les precisó con mucho trabajo salir huyendo del pueblo por la furia con que los trataban, saliendo algunos y sus bueyes lastimados, viniendo los  señores de justicia acompañando al mayordomo y los demás, hasta sacarlos del pueblo mucha distancia y ponerlos en seguridad, para después ver lo que se pudiera hacer en el caso, por no poder hacer la entrega de dichas imágenes mandadas de dar, lo que en efecto, después se hicieron diferentes juntas, viniendo algunos sujetos comisionados de aquél pueblo a éste y se determinó dar cuenta del caso a dicho señor Gobernador del Arzobispado. Y que pasaríamos por lo que su señoría determinara. Y fue que mandaría hacer  dos imágenes a su satisfacción, bien costeadas, a cuenta y costa del dicho Tigueros, que a su costa fueron colocadas en esta iglesia, con intervención de dicha señoría, con lo que quedamos todos satisfechos y agradados cada pueblo con sus imágenes”.

La fecha exacta de la colocación de la imagen, según las cuentas de fábrica, fue el año  1778, lo que quedó reflejado con su parquedad habitual, “Item veinte reales gastados en la colocación que se hizo de Nuestra Señora y San Joseph”. Sin embargo los datos que poseemos se contradicen con esta fecha. En efecto, el nicho del altar de la Pureza fue agrandado en 1775 por orden de D. Francisco Ruiz de Cabrera y Doña Antonia Carrasco y Ximénez, quienes manifestaron ante el escribano público de Lucena:

“Una imagen de la Purísima Concepción como de dos varas de alta, de la que tomó medida de su fondo, ancho y alto D. Joseph Gómez, tallista y vecino de la ciudad de Moguer, y en su virtud…… se obligó a agrandar el nicho del retablo de otra imagen pequeña del mismo misterio, para colocar la imagen grande, haciéndolo adornar, assí el nicho, como el retablo, con madera y talla, para mayor decencia, y asimismo a cuidar de los manteles y demás ornato de su altar…”.

El trabajo se hizo con la imagen manifestada ante el tallista y el escribano público, y la tasación de ambas  imágenes fue realizada por Antonio Guisado, padre del autor del altar Mayor de Lucena, en 1774 por valor de 2900 reales, por lo que la fecha de 1778 debe ser considerada como la de la consignación en cuentas.

En los inventarios de 1790 y 1866 la Inmaculada continúa ocupando el altar de la Purísima. Una adición al inventario de 1878 recoge el traslado al altar denominado Sagrario Nuevo, su emplazamiento actual, bajo la habitual formula de parquedad: Retablo pintado y dorado. La Purísisma concepción dorada y un manto…”. Desconocemos el origen de este retablo hubo de ser recortado en su parte superior previo a su colocación, y ha sido catalogado hacia el último cuarto del siglo XVIII. En el mismo sentido, la Capilla del Sagrario, fue solada, remodelada y se le colocó la reja en 1860 sin que se cite el altar, por lo que debió ser colocado entre esta fecha y 1878.

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