El 15 de octubre de 1570 el Consejo,
justicia y Regimiento del lugar de Lucena se obliga a pagar al tesorero del
Duque de Medina Sidonia, Martín Dávila,
“sesenta y ocho mill y ochenta y nueve maravedíes de la moneda usual
corriente en Castilla, los quales son por razón que le cupo de paga a este
dicho Consejo de çiento y quarenta y dos
vezinos a razón de a quatroçientos y setenta y nueve maravedíes y medio
cada un vezino, que montan los dichos maravedíes, para pagar las ochenta lanças que
su excelencia mandó en socorro del lebantamiento del reino de Granada, los
quales daremos e pagaremos por el día de Todos los Santos ques primero día del
mes de noviembre deste año de la fecha desta carta, puestos e pagados a nuestra
propia costa e misión en la villa de San Juan del Puerto sin pleyto e sin
contienda alguna....”.
No fue esta la única contribución para
el levantamiento de las Alpujarras. Nueve años después, mediante un poder a
Diego Martín Camacho, los regidores reclaman al Duque la devolución de los cien ducados que el Consejo y los
particulares “les servimos con ellos emprestados para las lanças y rebelión del
reyno de Granada, y de las dichas petiçiones que presentare, pueda pedir e pida
cumplimiento de Justiçia y serca dello saque la probiçión o probiçiones nesesarias”.
Lo interesante de estos documentos
es que, pese a su carácter fiscal, viene a ofrecernos un nuevo testimonio de vecindario
para el siglo XVI que se suma a los que ya poseemos por documentos diversos. En
un cálculo prudencial los 142 pecheros (cabezas de familia) suponen una
población de 582 habitantes utilizando un coeficiente multiplicador de 4,1 almas
por vecino.
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