Las villas de Niebla y Moguer mantuvieron en la
segunda mitad del siglo XV varios enfrentamientos y pleitos sobre términos, a
pesar de la sentencia y amojonamiento que en 1478 se llevó a cabo por ejecutoria la Real Chancilleria de Valladolid. No debería haber qué reclamar, pero la
aldea de Ferrugente y “las casas e
alcarias” de su valle, habían
sido entregadas originariamente a Niebla en el amojonamiento de 1335, según
expresamente se recoge en documentación y, por alguna razón, debió ser poblada por vecinos de Moguer,
que se apropiaron de ella.
Por si ello no fuera ya de por sí suficiente, la
aldea se encontraba muy próxima a Parchilena, con la que posiblemente entraba
en competencia de pastos y aprovechamientos, y esto, desde luego, no estaba dispuesto a
tolerarlo Diego de Oyón, corregidor de la villa de Niebla, que tomó cartas en el
asunto en 1486 según declara el procurador de Moguer:
“ Un día del
mes de mayo que agora pasó, deste presente anno, el mayordomo del Consejo de la
Villa de Niebla, e con él çierta gente armada de pie e de caballo, e diz
que entraron los términos de la villa de Moguer e un valle que dizen de Berrugente,
lugar tenido público e notoriamente por término de la dicha villa, e
cortaron e talaron las vinnas e majuelos e arvoles que en el dicho valle
estaban puestas e antes de que la dicha villa lo supiese, commo siempre lo
ha hecho, viniendo de noche escondidamente a destruir los términos de la dicha
villa”.
La acción de fuerza dio lugar a un largo pleito, pero
la villa de Niebla no alcanzó justicia, puesto que la posesión de Moguer fue
confirmada por sentencia de los Reyes Católicos por incomparecencia y en rebeldía en 1490, y en previsión de mayor conflicto, ya habían ordenado que se amojonaran de nuevo
las lindes entre los dos términos unos años antes. En grado de revista en 1492,
de nuevo los Reyes Católicos, libran ejecutoria a favor de Moguer a pesar del
alegato del vecino de Lucena Cristóbal González de Montemolín, a la sazón
procurador del Duque, que alega la inexistencia de término propio de la Villa
de Moguer, antigua aldea de Niebla, y reitera, con base en la mojonera de la
mojonera de 1335, la petición de posesión de:
“.... Las tierras, montes, prados, pastos e
aguas e dehesas de la dicha aldea de Ferrugente, con todo lo que dicho es, que
dentro de los dichos términos está, fuera e eran suyos de la dicha villa de
Niebla y su condado, e del dicho Duque como Conde, e por tales lo avían tenido
e tenían e les pertenesçian.”
En el referido pleito el duque ya fue condenado a unas elevadas costas, siendo de nuevo
penado en 1494, en grado de tercera revista, con los gastos judiciales. En 1500 estas
aún no estaban satisfechas, ni pagadas, y
continúan los problemas de la mala vecindad, ahora mezclados en la zona con los
de la fundación del Monasterio de Santa María de la Luz en Parchilena.
El testamento del III Duque de Medina Sidonia nos
informa de que tenía planes propios para la aldea, pues manifiesta que“tenía pensado de hazer allí un lugar cerca del
término de Moguer, de que aquellos
frailes les verná compañía e provecho”, lo que nosotros solo podemos
interpretar como el deseo expreso de Juan de Guzmán de frenar el expansionismo
de los moguereños en esta zona.
Dos de los topónimos locales antiguos aparecen
relacionados con la aldea. El primero es ya conocido, el camino de Berruguete, deformación
tras el paso de los años del topónimo, y el segundo, el lugar de la “rehierta”, un sitio indeterminado entre el cabezo de la Luz y el
camino de Moguer que se nos antoja tuvo mucho que ver con este conflicto.
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