sábado, 30 de diciembre de 2017

El conflicto por la aldea de Berrugente

Las villas de Niebla y Moguer mantuvieron en la segunda mitad del siglo XV varios enfrentamientos y pleitos sobre términos, a pesar de la sentencia y amojonamiento que en 1478 se llevó a cabo  por ejecutoria la Real Chancilleria de Valladolid. No debería haber qué reclamar, pero la aldea de Ferrugente y “las casas e alcarias” de su valle, habían sido entregadas originariamente a Niebla en el amojonamiento de 1335, según expresamente se recoge en documentación y, por alguna razón, debió ser poblada por vecinos de Moguer, que se apropiaron de ella.

Por si ello no fuera ya de por sí suficiente, la aldea se encontraba muy próxima a Parchilena, con la que posiblemente entraba en competencia de pastos y aprovechamientos,  y esto, desde luego, no estaba dispuesto a tolerarlo Diego de Oyón, corregidor de la villa de Niebla, que tomó cartas en el asunto en 1486 según declara el procurador de Moguer:

“ Un día del mes de mayo que agora pasó, deste presente anno, el mayordomo del Consejo de la Villa de Niebla, e con él çierta gente armada de pie e de caballo, e diz que entraron los términos de la villa de Moguer e un valle que dizen de Berrugente, lugar tenido público e notoriamente por término de la dicha villa, e cortaron e talaron las vinnas e majuelos e arvoles que en el dicho valle estaban puestas e antes de que la dicha villa lo supiese, commo siempre lo ha hecho, viniendo de noche escondidamente a destruir los términos de la dicha villa”.  

La acción de fuerza dio lugar a un largo pleito, pero la villa de Niebla no alcanzó justicia, puesto que la posesión de Moguer fue confirmada  por sentencia de los Reyes Católicos por incomparecencia y en rebeldía  en 1490, y en previsión de mayor conflicto,  ya habían ordenado que se amojonaran de nuevo las lindes entre los dos términos unos años antes. En grado de revista en 1492, de nuevo los Reyes Católicos, libran ejecutoria a favor de Moguer a pesar del alegato del vecino de Lucena Cristóbal González de Montemolín, a la sazón procurador del Duque, que alega la inexistencia de término propio de la Villa de Moguer, antigua aldea de Niebla, y reitera, con base en la mojonera de la mojonera de 1335, la petición de posesión de:

 “.... Las tierras, montes, prados, pastos e aguas e dehesas de la dicha aldea de Ferrugente, con todo lo que dicho es, que dentro de los dichos términos está, fuera e eran suyos de la dicha villa de Niebla y su condado, e del dicho Duque como Conde, e por tales lo avían tenido e tenían e les pertenesçian.”

En el referido pleito el duque ya fue condenado a  unas elevadas costas, siendo de nuevo penado en 1494, en grado de tercera revista, con los gastos judiciales. En 1500 estas aún no estaban  satisfechas, ni pagadas, y continúan los problemas de la mala vecindad, ahora mezclados en la zona con los de la fundación del Monasterio de Santa María de la Luz en Parchilena.
El testamento del III Duque de Medina Sidonia nos informa de que tenía planes propios para la aldea, pues manifiesta que“tenía pensado de hazer allí un lugar cerca del término de  Moguer, de que aquellos frailes les verná compañía e provecho”, lo que nosotros solo podemos interpretar como el deseo expreso de Juan de Guzmán de frenar el expansionismo de los moguereños en esta zona.
Dos de los topónimos locales antiguos aparecen relacionados con la aldea. El primero es ya conocido, el camino de Berruguete, deformación tras el paso de los años del topónimo, y el segundo, el lugar de la “rehierta”, un sitio indeterminado entre el cabezo de la Luz y el camino de Moguer que se nos antoja tuvo mucho que ver con este conflicto.


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