domingo, 14 de enero de 2018

Sobre los orígenes y la duración de las fiestas de San Vicente.

No es la primera vez que nos ocupamos de esta cuestión, cuya investigación que tiene más de tres lustros. Retomamos el tema por una petición.
La parroquia en sus orígenes tiene la advocación de Santa María al menos hasta 1545, momento en que se producen las primeras lagunas en la documentación antigua. A partir de la década de los cincuenta del siglo XVI se consagra a San Vicente, pero tenemos pocas o casi nulas referencias al patrón, aunque creemos que la talla data de este periodo, o al menos es anterior a 1580, por algunos de sus rasgos estilísticos y algunas pistas documentales.

Las primeras referencias en las actas capitulares son del primer cuarto del siglo XVII, y aluden ya a una fiesta dotada por el Consejo con un predicador y “jeremías”, que tal vez sean un instrumento o algún tipo de danzantes. En este momento la fiesta se reduce a la función de Iglesia con predicador, las luminarias del Santo y una procesión, que documentan las actas capitulares pero solo la nombran, y se certifiva a partir de 1730 con una “pariguelas para sacar en prosesión al Santo titular”. La festividad se diferenciaba poco o casi nada, del resto de festividades religiosas. Los cambios llegarán a partir del siglo XVIII y más en concreto a partir de 1720.
En el proceso de refundación y rescate de la hermandad de la Misericordia, que estaba en poder del Consejo de Lucena, los hermanos se habían propuesto recuperar las antiguas tradiciones y las rentas. En el cabildo de esta hermandad de 18 de febrero de este año el escribano público, y hermano, Francisco Hernández dio fe del siguiente acuerdo:

".... Les fue echó saber por el dicho Administrador que Don Francisco Cazallón, notario de la audienzia notarial de Sevilla y curial de brebes de Roma, como tenía en su poder una bula y despacho de Roma que contenía un jubileo perpetuo de grasia para dicha hermandad y otro para el pueblo el día del señor San Visente, Patrón de dicho lugar. Cuios jubileos abía sacado en nombre de dicho administrador para la dicha hermandad, que remitiese su importe que era diez y seis pesos escudos"

Poseemos constancia del recibo de las bulas de Clemente XI por un acta posterior, de mayo, aunque desconocemos su práctica en lo que respecta al jubileo del Patrón. No obstante, en el documento anterior se ofrece una somera explicación del párroco local, D. Alonso Ximénez Cruzado de lo que consistía, que puede ser extrapolada al caso que nos ocupa:

"(para el jubileo).... era nesesario que la hermandad señalase un  día festibo en que la hermandad hisiese la fiesta prinsipal, que abía de ser para siempre Xamas. Y asimismo otros quatro días festibos o feriados para que en ellos se gaste el jubileo, de más de dicho día de fiesta  prinsipal, de cuia bula leió el dicho cura un traslado que contenía las grasias dichas y otras muchas que constan dél....”.


No tenemos el documento del jubileo del Patrón, pero parece evidente que provocó los cambios en la fiesta que se acercan a los actuales, entre ellos el de la duración, del que puede extrapolarse que cinco días feriados, incluyendo el del Patrón.


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