No
es la primera vez que nos ocupamos de esta cuestión, cuya investigación que
tiene más de tres lustros. Retomamos el tema por una petición.
La
parroquia en sus orígenes tiene la advocación de Santa María al menos hasta
1545, momento en que se producen las primeras lagunas en la documentación
antigua. A partir de la década de los cincuenta del siglo XVI se consagra a San
Vicente, pero tenemos pocas o casi nulas referencias al patrón, aunque creemos
que la talla data de este periodo, o al menos es anterior a 1580, por algunos
de sus rasgos estilísticos y algunas pistas documentales.
Las
primeras referencias en las actas capitulares son del primer cuarto del siglo XVII,
y aluden ya a una fiesta dotada por el Consejo con un predicador y “jeremías”, que tal vez sean un
instrumento o algún tipo de danzantes. En este momento la fiesta se reduce a la
función de Iglesia con predicador, las luminarias del Santo y una procesión,
que documentan las actas capitulares pero solo la nombran, y se certifiva a
partir de 1730 con una “pariguelas para
sacar en prosesión al Santo titular”. La festividad se diferenciaba poco o
casi nada, del resto de festividades religiosas. Los cambios llegarán a partir
del siglo XVIII y más en concreto a partir de 1720.
En
el proceso de refundación y rescate de la hermandad de la Misericordia, que estaba
en poder del Consejo de Lucena, los hermanos se habían propuesto recuperar las
antiguas tradiciones y las rentas. En el cabildo de esta hermandad de 18 de
febrero de este año el escribano público, y hermano, Francisco Hernández dio fe
del siguiente acuerdo:
".... Les
fue echó saber por el dicho Administrador que Don Francisco Cazallón, notario
de la audienzia notarial de Sevilla y curial de brebes de Roma, como tenía en
su poder una bula y despacho de Roma que contenía un jubileo perpetuo de grasia para dicha hermandad y otro para el pueblo el día del señor San Visente, Patrón de
dicho lugar. Cuios jubileos abía sacado en nombre de dicho administrador
para la dicha hermandad, que remitiese su importe que era diez y seis pesos
escudos"
Poseemos constancia del recibo de las bulas de
Clemente XI por un acta posterior, de mayo, aunque desconocemos su práctica en
lo que respecta al jubileo del Patrón. No obstante, en el documento anterior se
ofrece una somera explicación del párroco local, D. Alonso Ximénez Cruzado de
lo que consistía, que puede ser extrapolada al caso que nos ocupa:
"(para el
jubileo).... era nesesario que la hermandad
señalase un día festibo en que la
hermandad hisiese la fiesta prinsipal, que abía de ser para siempre Xamas. Y
asimismo otros quatro días festibos o feriados para que en ellos se gaste el
jubileo, de más de dicho día de fiesta
prinsipal, de cuia bula leió el dicho cura un traslado que contenía las
grasias dichas y otras muchas que constan dél....”.
No tenemos el documento del jubileo del Patrón, pero
parece evidente que provocó los cambios en la fiesta que se acercan a los
actuales, entre ellos el de la duración, del que puede extrapolarse que cinco días feriados, incluyendo el del
Patrón.
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