sábado, 10 de febrero de 2018

Alcaldes Republicanos luceneros al final del reinado de Alfonso XIII.


El final de la dictadura de Primo de Rivera en Lucena del Puerto coincide con un periodo de inestabilidad política y de ciertas paradojas en las que es necesario detenerse por las implicaciones políticas que acarrean, ya que Lucena del Puerto tuvo dos alcaldes republicanos antes de la proclamación de la República.

La historia es larga y arranca con la corporación de 1926, presidida por d. Diego Gómez Cruz, que fue reelegida por 123 votos a favor por el procedimiento de firma o dos “testigos a ruego”, para los que no saben escribir, en el denominado plebiscito municipal. Sin embargo, apenas unos meses después se produce la dimisión del Alcalde, según manifiesta por motivos de salud,   que es acompañada por la de todos los concejales a los que el Secretario municipal debe apercibir que no está facultado para recibirlas, elevando consultas al Gobierno Civil. La dimisión es finalmente aceptada en diciembre de 1928, ocupando el cargo de Alcalde d. Vicente Pérez Moro, pero de nuevo se produce las dimisiones de los concejales d. Alfonso Regidor Cantalapiedra y d. Vicente Moro Moro, que tampoco procedían según el Secretario Municipal.
El puesto de concejal del dimitido Alcalde fue ocupado unos meses después por Manuel Antonio Reales Carrasco, conocido republicano, como después veremos, y designado a la postre  Alcalde en enero de 1929 con dos votos en blanco. Como quiera que la dimisión de los dos concejales anteriores no fue aceptada, ambos se dirigieron al gobierno civil, dando cuenta de ella al pleno el 18 de enero de 1929. Sus puestos fueron ocupados en febrero por d. Jerónimo Garrido Moreno y d. José María Cantalapiedra Martín, también conocidos republicanos. Aún se asiste a una dimisión más, la de Juan Domínguez Pulido, que quedó vacante, todas ellas relacionadas con la elección del nuevo Alcalde, y probablemente su carácter republicano. Las actas, sospechosamente, se interrumpen hasta septiembre en el libro capitular, sin faltas de origen, reanudándose posteriormente tras la rehabilitación del secretario José Regidor Mora, absuelto de los cargos de malversación que se le imputaban.
En febrero de 1930 se produce la constitución del último Ayuntamiento, tras la dimisión del dictador Primo de Rivera y tras la formación del Gobierno Berenguer, en enero del mismo año. La vuelta a la normalidad constitucional, según se pretendía, se realizó mediante el Real Decreto del Ministerio de la Gobernación de 15 de febrero, que en su artículo 9 establecía el nombramiento de cinco exconcejales de los años 1917-1922, y los seis mayores contribuyentes. La votación, con los antecedentes que hemos expuesto, estuvo reñida, “mayoría absoluta, o sea, seis votos a favor de D. Francisco García Garrido y cinco papeletas en blanco”. Le acompañan en la corporación los  tenientes alcaldes Nicolás Garrido Moro, inhabilitado el año antes, y ahora rehabilitado, y Manuel Pascual Torres Regidor, ambos, con el Alcalde, la vieja guardia del Partico Conservador en el poder desde 1909. En el acta, los concejales d. Juan Reales Carrasco y Don Antonio Pulido Ruiz formulan protesta y reclamación, y aunque se reservan los motivos, esta debió prosperar, puesto que en la sesión de 19 de Mayo de 1930 se recoge lo siguiente:

“el objeto de la misma era dar posesión de concejales a los vecinos de la villa d. Vicente Pérez Moro y d. Manuel Antonio Reales Carrasco, los cuales han de ocupar los puestos de d. Diego Gómez Garrido y d. Vicente Moro Moro. Además queda una vacante de concejal por haberla renunciado d. Manuel Morales Gómez,  la cual corresponde cubrirla al vecino de esta villa d. Diego Vivas García, toda vez que es el cuarto mayor contribuyente.......”.
                            
Seguidamente se procedió de nuevo a la constitución del Ayuntamiento y a la elección de Alcalde y “resultó elegido por nueve votos a favor y dos en blanco d. Juan Reales Carrasco”, y con igual resultados los dos tenientes de Alcalde, d. Diego Vivas García y d. Manuel Antonio Reales Carrasco.
El 12 de Agosto se efectúan unas diligencias para cubrir dos vacantes, por las dimisiones de Antonio Pulido Moro y Francisco García Garrido, debiendo nombrar dos nuevos concejales, Antonio Moro Guerrero y Vicente Moro Moro. En la sesión siguiente, de 14 de agosto ambos exconcejales comunican “haber tomado posesión de los cargos de juez municipal y suplente fiscal municipal” y se produce la dimisión de Vicente Moro por encontrarse imposibilitado, quedando su vocalía vacante.
Las actas a partir de este momento poseen algunas lagunas. En la sesión de 15 de marzo de 1931 se da cuenta de una Real Orden de Gobernación sobre el número de concejales electos en las próximas elecciones conforme a la ley electoral de 1877, fijándose este número en 9. Por consiguiente, según la documentación, entre 1928 y 1931 Lucena del Puerto tuvo cinco alcaldes, dos de ellos conocidos republicanos, además de una nutrida representación de esta filiación en el Pleno.
Tras las elecciones del 14 de abril y la huida del Rey Alfonso XIII, la sesión constituyente del nuevo ayuntamiento el 17 de abril elige Alcalde a José Vivas Pulido, por los seis concejales que tomaron parte en la elección, ya que los tres concejales monárquicos “protestaron del presente acto y se retiraron”. Son elegidos tenientes de Alcalde Jerónimo Garrido Moreno y Antonio Moro López, el primero de ellos, con José María Cantalapiedra Martín, supervivientes de la corporación del año treinta, y un viejo conocido, Cornelio Ruesga Vivas, transformado ahora a la progresía. José Vivas Pulido era también conocido en política, Alcalde en la corporación de julio de 1909, y concejal entre 1909-1911 y 1929-1930, podría ser uno de los convertidos primero al liberalismo y posteriormente al republicanismo de los hermanos reales de ascendencia radical.
No obstante, la proclamación de la República no estuvo exenta de tensiones. Según informaciones orales recogidas, Antonio y Juan Reales proclamaron la República entre el 14 y el 15 de Abril en un ambiente festivo, como en otras localidades de la provincia, recorriendo la localidad con una bandera republicana bordada por las mujeres del pueblo y acompañados de la banda de música de Bollullos. En el intento de izado de la bandera republicana en el balcón del Ayuntamiento, pese a la presencia del hasta ese momento Alcalde, hubo cierta tensión con los concejales monárquicos, un episodio que se recuerda, pero no muy claro ni en la forma, pues unos mantienen que fue una llamada de atención y otros un forcejeo, ni en el lugar, la plaza, un casino, o el balcón municipal. La orden de izado de la bandera republicana fue dada por el primer Gobernador Civil provisional nombrado ese mismo día, Ramón González Peña, secretario general del sindicato minero.
No debe resultarnos extraño, pues, que una de las primeras visitas institucionales del nuevo Gobernador Civil de la Provincia, Victoriano Maesso, fuese a nuestra localidad y Bonares, y que fuera recibido a la entrada de Lucena con arcos, vítores y cohetes. Tras el discurso en el balcón del Ayuntamiento fue izado en hombros y aclamado como “el gobernador de los obreros”,  y el comité republicano local, con su vicepresidente al frente, d. Antonio Reales, le ofreció un “lunch” en su casa y un refrigerio en casa de d. Juan Vivas y Vivas.  Al finalizar el día, “una simpática mujer del pueblo, Antonia Pulido, tuvo el gesto de regalar al señor Maesso un hermosísimo clavel, haciendo lo propio con sus acompañantes, regalo este que todos agradecieron a la señora  donante”.

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