Las
fiestas de San Vicente de 1936 fueron deslucidas por la lluvia según La
Provincia, y aunque una tregua permitió la procesión del Santo Patrón, impidió
la celebración del resto de los festejos del 23, 24 y 25, incluidas las dos
novilladas. Debió ser un mal presagio, con la salvedad de:
“Los
grandes bailes celebrados en los casinos Centro benéfico y Centro Republicano
Radical habiendo actuado en el primero un acertado terceto y en el segundo la armónica
orquestina Extremeña”
En
el posicionamiento político de cara a las elecciones de febrero, no estaban los
Republicanos Radicales para fiestas. Desmoralizados por la experiencia de
gobierno y los débitos a la Hacienda Provincial, desaparecen de la vida pública
y del Ayuntamiento. Es posible, siguiendo a Álvarez Rey y Ruiz Sánchez, que
dada la fuerza que Burgos y Mazo tuvo en el pasado en la localidad, estos
fuesen sus antiguos partidarios transformados al radicalismo, pero este extremo
no ha podido ser confirmado, y, en cualquier caso, parece que poseen un ascendente
más republicano que conservador. En el
mismo sentido, los agrarios del viejo cacique moguereño, de gran tradición en
Lucena, que concurrieron separados de la CEDA a las elecciones de febrero, no
obtuvieron ningún resultado, ni fueron capaces de movilizar a sus antiguos
partidarios, entre los cuales se encontraba el concejal Diego Gómez Cruz,
reconvertido monárquico, y para nada partidario de los radicales.
Tal
vez por ello, pese a la presencia de los Pérez de Guzmán y Urzaiz en la
hacienda de la Luz, el comité de Acción Popular en Lucena no se conforma hasta
1935. Es probable, que tras la incorporación de Pérez de Guzmán a la CEDA, sus
partidarios radicales siguieran el mismo camino, aunque los resultados tampoco
les acompañaron. No nos consta que su familiar Joaquín Urzaiz Cadaval, tío o
primo del anterior, propietario también de la Hacienda de la Luz y Ministro de
Estado, mantuviera similares relaciones, pero fue quién ganó las elecciones en
Lucena en número absoluto de votos pese al aplastante triunfo global de la candidatura del Frente
Popular.
La
izquierda, a través del sindicato de agricultores de UGT y una desconocida
Izquierda Republicana, capitalizan un descontento que es ya palpable antes de
las elecciones. El mitin previsto por la izquierda para el día 12 fue
suspendido por el Alcalde, lo que fue recogido por La Provincia en la sección
de Entrevista con el Gobernador Civil:
“A preguntas de los periodistas sobre el hecho de no
haberse podido celebrar en Lucena del Puerto un mitin de Unión Republicana por
no permitirlo el Alcalde, contestó el gobernador que se ocupa de todas las
denuncias que se le van formulando para evitar se motiven reclamaciones de las
cuales no puede culpársele.”
En
la misma sección y diario del día 14, el Gobernador volvió a referirse al mismo
hecho, pero sin aclarar el contenido, ni los sucesos:
“Otros de izquierdas me visitaron refiriéndose a
cosas ocurridas en Niebla, Lucena y Puebla de Guzmán. Atendiéndolos he adoptado
las medidas necesarias para que los hechos referidos y que me fueron
denunciados no se repitan”.
Los
resultados locales fueron los siguientes:
Candidatura del Frente Popular
|
Partido
|
Votos
|
González Peña
|
PSOE
|
542
|
Santiago López
|
U.R.
|
110
|
Crescencio Bilbao
|
PSOE
|
542
|
Cordero Bell
|
Federal
|
545
|
Juan Gutiérrez Prieto
|
PSOE
|
544
|
Candidatura de Centro-Derecha
|
|
|
Joaquín Urzaiz Cadaval
|
Centro
|
656
|
Dionisio Cano López
|
Independiente
|
11
|
Francisco Pérez de Guzmán y Urzaiz
|
CEDA
|
11
|
Manuel Sánchez- Dalp
|
CEDA
|
11
|
Rey Mora
|
Radical
|
11
|
Nombrado
el nuevo Gobernador civil de la Provincia el día 20, el 21 ordena la reposición
de cargos depuestos en 1934, que no era el caso, y el nombramiento de nuevos
concejales, ordenados por delegados de su autoridad el día anterior, y designa
alcalde accidental a d. Fermín Granado Hinestrosa. Por consiguiente, la
corporación de 1936 no fue elegida por los ciudadanos.
La
sesión de 22 de febrero puede calificarse de extraña, puesto que concurren el
nuevo alcalde y los concejales de la corporación anterior, Antonio Moro, Diego
Reales, José Cantalapiedra, Honorio Garrido y José Vivas Pulido (exalcalde).
Este último le pide encarecidamente que por todos los medios a su alcance pague
la contribución territorial de los montes de propios.
Los
nuevos concejales, 5 socialistas y 4 de Izquierda Republicana, son todos
próximos al Sindicato de Agricultores, de cuyo núcleo debieron surgir. De las
actividades anteriores, organización y afiliación no sabemos nada, pero no está
de más hacer mención expresa a su carácter socialista, ya que este tipo de
sindicatos locales recogían filiaciones diversas, funcionaban relativamente
autónomos y parece que no existía una conexión directa con el PSOE, pese a
representarlo.
En
la toma de posesión del 26 de febrero, se ratificó el nombramiento del Alcalde
y se nombraron tenientes de Alcalde a Paulino Roldán Orihuela, por Izquierda Republicana,
y a José Conde Guerrero, por los socialistas. Manos a la obra, la labor de la
corporación en lo político-administrativo puede calificarse me mero trámite. No
hubo tiempo y la situación “precaria y
ruinosa porque atraviesa el erario municipal”, dejó poco margen de
actuación. En principio se suspenden a los tres guardas y el depositario
municipal, el secretario pide licencia,
luego no se incorpora y se ordena la inspección de las cuentas.
Posteriormente se informa de irregularidades administrativas, partidas en
blanco, consignaciones sin cantidad, notas justificativas sin respaldo escrito
y tachaduras y enmiendas, concluyendo:
“se trata no solamente faltas de formas, desaciertos
administrativos, falsedades, malversaciones y faltas de ingresos, sino ya de
cierto descaro y desprecio a toda ley y a toda regla legal y moral”.
Y como no podía ser de otra manera se solicita
al Gobernador Civil el nombramiento de un delegado de su autoridad que, con
atribuciones especiales, depure y exija responsabilidades. En la sesión de 10
de abril se habla ya de clara de malversación, se hacen responsables a los
alcaldes anteriores y a los secretarios, y se les otorga un plazo de reposición
de diez días para la devolución de fondos y “de
no verificarlo, se proceda a su cobro ejecutivamente sin más aviso”. Sin
embargo, cuando se hace causa en el juzgado de Moguer, el ayuntamiento decide
no mostrarse parte.
El
programa de dotación de las escuelas públicas, repartos de tierra, con algunas
parcelas aún por deslindar, y obras, se paralizan. La municipalización del
servicio de alumbrado, que según el
alcalde sólo había servido para rencillas políticas y partidistas, acuerdan no
realizarla con el voto en contra del concejal Vicente Ruiz Garrochena, que dimite
por ello y se acepta. El 17 de abril se recogen en actas las dimisiones de Vicente
Ojuelos Gómez, Jerónimo Ojuelos Vivas y Vicente Ruiz (por segunda vez), sin
explicación alguna, aunque parece ser relacionadas con el asunto de la
municipalización, lo que les valió el apelativo de “comunistas”.
En
lo social, la cuestión estuvo más movida. Una comunicación de 23 de marzo del
Gobernador Civil autoriza al Alcalde para que acompañado por las fuerzas del
orden realice registros domiciliarios entre los desafectos al régimen que “hayan podido infundir sospechas de los
hechos denunciados”. Desconocemos tales hechos, pero debieron ser graves
para autorizar los registros domiciliarios, y es posible que tales registros se
practicaran en casa del médico local, d. Bartolomé Pulido Dávila, precisamente
por lo contrario, radicalismo de izquierdas, pues el Alcalde le acusa de que “alentaba a las masas” y sospechaba “pudiera tener elementos explosivos”. La
misma correspondencia oficial informa de un incendio en la finca Hacienda de la
Luz y la corta de 20 olivos, (18 y 19 de abril), sin duda ambos hechos relacionados
con el Decreto de laboreo forzoso y una nueva ejecutiva del sindicato de agricultores
de Domingo Domínguez, bajo cuya dirección pudieron producirse ocupaciones de
las fincas de la Luz y la de los señores Prieto de Bonares. Las requisas de arados y aperos en los montes
continúan.
En
este clima se produjo el desalojo de la iglesia parroquial para convertirla en
escuela, un hecho que se llevó a cabo por concejales de la corporación, en
orden, y previo reparto de los Santos por domicilios particulares, y “decían que lo hacían así porque iban a
venir elementos de fuera a quemarla”. Más gravedad para el orden público
constituyó la huelga general declarada en la localidad el 29 de mayo por el
impago de tres salarios a los doce braceros enviados allí por la oficina de
colocación. La petición del secretario general del sindicato al Alcalde de
elevar el asunto a la primera autoridad de la provincia del 26 de mayo, fue
desbordada por otra posterior del comité de huelga que otorgó un plazo de 48
horas a la Alcaldía para solucionar el problema. Pese a las informaciones
aparecidas en La Provincia sobre la resolución del conflicto, “de tal tendencia a mejorar que incluso
creía el gobernador que ya estaba resuelta”, entre el 29 y el 2 de junio se
producen 10 detenciones por coacciones
de significados dirigentes sindicales entre los que se encuentran 5 concejales
y exconcejales, Vicente Ruiz (30 mayo), Paulino Roldán, Vicente Moreno, miembros
también del comité de huelga, Vicente Ojuelos
y Francisco Contreras (2 de junio). Según las noticias orales recogidas, los
piquetes, bajo la dirección del sindicato impidieron el trabajo colocándose en
las salidas de la población a las órdenes de los propios concejales. Puestos
estos a disposición judicial, los cuatro últimos, pese a las dimisiones,
quedaron a disposición del Alcalde. Las comunicaciones a la hacienda de la Luz
para la colocación de los braceros continúan en junio.
En
este clima, las sesiones plenarias de mayo y junio, hasta el 13, son de mero
trámite, con acuerdos de escaso calado. Después no hay actas, probablemente
porque no dio tiempo a su transcripción, pero en cambio se conservan la mayoría
de los telegramas originales sobre el golpe de estado y las llamadas al orden
del Gobierno Civil “procurando evitar
incendios y actos de sabotaje”.
Por
tradición oral conocemos que, dado que el avance rebelde provenía de Sevilla,
se intentó una línea de defensa con una trinchera en las proximidades del
cementerio, una idea posteriormente desechada. En el mismo sentido, las
declaraciones de los expedientes carcelarios reconocen la llegada de una
partida de hombres armados con explosivos para asaltar la iglesia y para volar un puente, probablemente el
situado a la salida de Moguer en el arroyo de La Pasadera, hecho impedido por
los dirigentes locales Vicente Ruiz y Vicente Moreno, según declaran ambos. Por
las mismas fuentes conocemos que se produjo un asalto, con pérdida de ganado,
trigo y aceite, en la hacienda de la Luz en el que participaron algunos vecinos
por orden del sindicato. Según las declaraciones de testigos de los expedientes
carcelarios, se requirió a los elementos locales más significativos de la
oposición que aportasen “voluntariamente”
comida, se les confiscó armas de fuego y se les recluyó en la cárcel municipal o
en sus domicilios a cargo de los concejales, pero no es menos cierto que nadie
sufrió daños e, incluso, no se produjeron altercados en el núcleo urbano. Es
más el exalcalde constitucional, Fermín Granados, afirma haber protegido a
gentes venidas de fuera entre las que se encontraban el administrador del
cortijo de la Ruiza y el propio párroco de Lucena, y acusa al primer teniente
de alcalde de los hechos extremistas.
El 24 de junio las fuerzas del Comandante
Ramón de Carranza tomaron el pueblo sin resistencia, y abandonado por los
elementos de izquierda que se refugiaron en los montes por motivos evidentes de
seguridad. Cuando las fuerzas de Carranza entraban por la carretera de Bonares,
el segundo teniente de alcalde d. José Conde Guerrero se suicidó de un tiro en
la sien, constituyendo la primera víctima de la guerra civil en la localidad.
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