Son
numerosos los testimonios a lo largo de los siglos de la Modernidad del estado
ruinoso y deplorable del Ayuntamiento. Ni en las ocasiones en que se reparaba,
o se reedificaba, poseía unas condiciones óptimas, puesto que el granero del Pósito
(banco de trigo) se ubicaba en la planta superior y provocaba, en techos de
madera y barro, numerosa porción de polvo y basura que impedían el normal
desarrollo del trabajo diario y las sesiones.
Arca de las tres llaves de la Villa de Moguer |
En
no menos ocasiones la propia documentación alude a la pérdida de papeles y
documentos, y a su custodia, como a la propia seguridad de los caudales en las
raras ocasiones que había dinero en las arcas municipales. Para su custodia, la
de documentos y dinero, estaba “el arca
de las tres llaves” que, efectivamente, era un elemento físico y real ubicado
en las dependencias municipales:
“Por quanto está nombrado Antón Suárez,
vezino deste lugar por depositario del dinero del Pósito deste lugar, e a de
tener en su poder la caxa del dinero de
tres llaves, por tanto dixeron que mandaban, e mandaron, que una llave de
la dicha caja del dinero de dicho Pósito
la tenga el dicho Antón Suárez, depositario, y Juan Barba, Alcalde, tenga la
otra llave, y Gonzalo Martín Limón, Regidor, tenga la otra llave de la dicha
caxa.....”
La
caja guardaba también el “Libro de Privilegios”
del lugar que asentaba las mercedes otorgadas y acumuladas a lo largo de años
de historia y también algunas sentencias que, por su importancia, se guardaban
como oro en paño, como la concesión a mediados del siglo XVIII de la dehesa
boyal, que acabó perdiéndose. Hasta la última gran reforma de las dependencias
municipales, que de hecho reedificó la casa consistorial, tal vez los mayores
recuerden una especie de arcón que se ubicaba en uno de los despachos de la
planta alta. Ese ara el arca de las tres llaves.
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