sábado, 18 de junio de 2016

Cautivo en poder de moros.

En febrero de 1645 Diego Ojuelos otorga una carta de obligación hacia el fraile  Mercedario Mateo de Treviño en la que explica que:
Redención de Cervantes por Fray Juan Gil
Grabado de H. Mude

“.... abrá siete u ocho años que cautivaron moros a Marcos Rodríguez, mi hermano, yjo de Juan Alonso, nuestro padre, viniendo de las Yndias para España, y oi está cautivo en Argel, tierra (de) infieles, y porque el dotor Andres de las Hayas y dos Luis Roc(...) del Castillo, como alministradores (sic) de la obra pía que fundó Juan Anriques (sic) por don Francisco de Inriquez de Galdamendados, vezinos de Moguer, le tienen mandado para ayuda a su resgate quatrosientos quarenta reales como contan de la dicha manda que le otorgaron en quatro dias del mes de noviembre de mil seissientos y treinta y nuebe años a quién me refiero = y asimismo en este lugar a pedido siento y sesenta reales que los an ofresido para darlos fin, como venga a tierra de cristianos que todo uno y otro hazen seissientos reales. Y porque el padre fray Mateos de Trebino (Trebiño), redentor de la Mersed de la siudad de Sevilla, trata del resgate del dicho Marcos Rodríguez con la limosna que su Magestad y la redensión da, con que yo me obligue a pagarle a buesa paternidad los dichos seissientos reales y venido que sea a tierra de cristianos el dicho Marcos Rodrígues mi ermano, e yo e tenidolo por vien, por tanto otorgo e conosco por esta carta de dar e pagar e entregar al dicho padre fray Mateo de Treviño y a quién su poder obiere, y luego que costen por recaudos bastantes que el dicho Marcos Rodríguez está en tierra de cristianos, puestos y pagados en la siudad de Sevilla a mi costa y con las de su cobransa en su poder, y si luego no se los pagare, pueda ser executado en virtud de esta escristura y de (ilegible) auténtico dél, como dicho Marcos Rodrígues está en tierra de cristianos y para ello mande a persona a la cobransa con doze reales de salario que me obligo de pagarle por cada un día de lo que enella se culpare por la venida, estada y buelta y esta paga ha de zer dentro de los dos mezes de como el dicho Marcos Rodrígues aya venido a tierra de fieles...”

En la misma escritura se constituye en su fiador Andrés Pérez y firman de testigos Juan Bermúdez, Pedro García y el presbítero Pedro Custodio, cura del lugar.
Diego Ojuelos y Marcos Rodríguez eran hijos del matrimonio formado por Juan Alonso Blanco y Juana Pérez, hija de Diego Ojuelos e Inés Gómez, y casados el 14 de Diciembre de 1598. El matrimonio tuvo siete hijos de los que sobrevivieron al menos cuatro, el propio Diego, María, casada con Alonso Martín, Inés casada con el escribano público Blas Hernández y Marcos Rodríguez que fue bautizado como Juan (24-01-1605) o Jerónimo (08-10-1612).
De ambos hermanos tenemos pocas referencias antes de 1645. Diego, casado con María Belmonte, recibe en dote de su mujer 2.730 reales que incluyen una pareja de bueyes, millar y medio de viña y la casa de su morada en la calle de San Sebastián. Entre 1633 y 1645 realiza tratos de carbón, poco cuantiosos ciertamente, y probablemente de alguna manera relacionados con su cuñado Blas Hernández, escribano público, que también realiza tratos propios.
Marcos, según la escritura anterior, debió marchar a indias antes de 1638, puesto que llevaba siete años cautivo y allí debió permanecer algunos años, motivo por el cual no poseemos referencias suyas. Tomando las fechas de nacimientos que poseemos en el momento del cautiverio contaba entre 26 y 33 años, por lo que debió realizar el viaje ultramarino relativamente joven.
Las operaciones de corso y toma de cautivos eran una práctica habitual en esta época. En Argel, centro de operaciones de los corsarios, con la llegada del buen tipo se armaban numerosas naves que realizaban expediciones por toda la costa andaluza y levantina con el único objeto de obtener cautivos: “Anochecen en Bebería y amanecen en las costas de España, y hacen de ordinario presa y se vuelven a dormir a sus casas” (Cervantes, Quijote). No era para nada común el ataque a la flota de Indias proveniente de América, que venía en convoyes y fuertemente armada, aunque se han documentado casos de naves averiadas y barcos extraviados. Los cautivos, una vez llegados a Argel se clasificaban según pudieran o no pagar el rescate, acordando un posible precio con los tratantes y recibiendo un trato diferente según su condición. Los que no podían pagar el rescate eran vendidos como esclavos o destinados a las obras públicas y las galeras, donde servían de remeros de sus captores. Uno de estos dos últimos destinos debió ser el de Marcos Rodríguez puesto que la suya era una familia de pequeños labradores sin mucho numerario económico.
Cada cierto tiempo, según las relaciones, la diplomacia y la política de guerra, el Rey ordenaba una embajada para realizar rescates con el inestimable auxilio de los frailes Trinitarios y Mercedarios, presentes en Argel y los principales puertos, y la intermediación de comerciantes judíos, que en la mayoría de las ocasiones eran realmente los que avalaban los rescates. La expedición de 1580, en la que fue rescatado Cervantes, calcula que eran más de 7.000 los cautivos en Argel  (Astrana Marín, 1948, Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra).
Una vez realizado el rescate y antes de acudir a sus respectivas patrias, los rescatados solían realizar una procesión de acción de gracias vestidos con el escapulario y el escudo de la Merced en el puerto o ciudad de destino en la península.
Nos queda por responder a una pregunta ¿fue realmente rescatado Marcos Rodríguez?. La respuesta es sí, lo fue, y no solo eso, se casó y vino a finalizar sus días en su patria chica para gozar de un cierto capital que, sin duda, ganó en la carrera de Indias. En efecto, el 29 de septiembre de 1651 se casó con la joven Tomasina Núñez, de 26 años de edad, con la que tuvo 7 hijos, aunque sólo uno de ellos le sobrevivió.

Ficha de familia de Marcos Rodríguez y Tomasina Núñez casados el 29 de Septiembre de 1651
Nombre
F. Nac.
Padres
Marcos Rodríguez
1605-1609
Martín Alonso Blanco
Juana Pérez
Tomasina Núñez
16-03-1625
Alonso Díaz
Leonor Díaz
Nombre
Fecha de Nacimiento
Fecha de Casamiento
Nombre del Conyugue
Juana
06-10-1652


María
21-08-1654


Inés
10-10-1655
18-11-1675
Alonso Hernández Pinzón
Juana
12-01-1658


Alonso
12-01-1658


Juan
27-10-1659


María Antonia
27-10-1662



El capital registrado en los exhaustivos registros de bienes incluye 6,5 fanegas de tierra calma y dos millares de viña que sabemos que no proceden del capital familiar, por lo que debieron ser adquiridas. Más importante es el ganado que registra 13 bueyes domados y 12 bacas, posiblemente de arada, dada su especialidad, además de 250 cabras, 4 asnos y 1 caballo. Una valoración del capital siguiendo las valoraciones de las dotes de este periodo alcanza la suma de casi 11.000 reales y no se incluye el capital inmobiliario en casas, bodegas y almacenes.
Su hija se casó en 1776 con un Hernández Pinzón, vecino de Moguer, y por tanto, hidalgo y descendiente de los descubridores. Sus padres estaban vivos en ese momento y su dote ascendió a unos 6.000 reales, una suma importante que incluía, tal vez como recuerdo de su aventura americana, una taza de plata de 3,5 pesos y unos sarcillos de oro con perlas, joyas muy poco corrientes en esta época. La ascendencia moguereña del novio tal vez hiciera al padre obviar las tierras, pero más de la mitad de la dote se otorga en ganado (52,83 %), un hecho que la hace relativamente singular, ya que el resto del ajuar se diferencia poco del común de las luceneras casamenteras de la época.
Marcos Rodríguez supero ampliamente los 65 años, una edad inusual para su época. Con toda seguridad, vivió más aventuras y recorrió más mundo que pudo imaginar el resto de sus paisanos, sobrevivió al viaje ultramarino, las enfermedades de Indias, las pestes y el cautiverio, y vino a finalizar sus días en el terruño que le vio nacer.


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